
Puebla volvió a hacer historia luego de que la semana pasada, por primera vez, un juez federal dictara una sentencia condenatoria contra dos individuos que llevaron a cabo desmonte y cambio ilegal de uso de suelo en la Reserva de la Biosfera Tehuacán – Cuicatlán.
De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) estas personas llevaron a cabo acciones de deforestación con una retroexcavadora La Meseta de San Lorenzo Teotipilco, una reserva de la Biosfera, el pasado 15 de marzo.
Cabe destacar que este delito está tipificado en el Código Penal Federal, por lo que se realizó el acompañamiento del caso junto con la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Fiscalía General de la República (FGR).
El primer sentenciado fue merecedor de dos años y un mes de prisión, adicional a una multa de 235 mil 271 pesos, la suspensión de sus derechos civiles y políticos, así como una amonestación pública y el pago adicional de 30 mil pesos por reparación del daño.
Mientras que al otro implicado se le impusieron tres años, siete meses y 17 días de prisión, además de una multa de 225 mil 282 pesos y el pago de 338 mil 168 pesos como reparación de daño.
De acuerdo con Romeo Alberto Saldaña, biólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Biosfera de Tehuacán es catalogada como la cuna de la agricultura en Mesoamérica, que alberga cientos de flora y fauna. Sin embargo, es amenazada por el robo y devastación de plantas.
Uno de los principales retos que enfrenta el estado de Puebla es la defensa de las áreas. En respuesta, las autoridades estatales han implementado políticas más estrictas que regulan el uso del suelo y promueven prácticas sostenibles. Además, se han intensificado las campañas de concienciación con la participación de los ciudadanos acerca de la importancia de preservar estos espacios.
Con estas acciones Puebla está comprometida con la defensa de sus áreas nacionales protegidas, no solo por el valor ecológico que representan, sino también por su función social y económica. La colaboración entre gobierno, organizaciones no gubernamentales y comunidades locales será clave para asegurar que estos espacios sigan siendo un legado invaluable para las futuras generaciones.