Tradición, cultura e historia, es lo que se encuentra en cada uno de los rincones del Centro Histórico y para preservar este legado, el Gobierno de la Ciudad de México emprenderá un Programa de Recuperación, así lo dio a conocer esta semana la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina al inaugurar la séptima Feria de Barrios Originarios del Centro Histórico.

Acompañada de los vecinos y comerciantes en la Plaza Tolsá de esta zona, la mandataria señaló el compromiso de su administración por recuperar de forma integral esta zona que es el origen de la Ciudad de México.

“Por otro lado, tenemos la recuperación económica de sus barrios, de sus negocios, de todo lo que el Centro Histórico aporta económicamente para la ciudad” recalcó la mandataria capitalina.

Este plan incluirá un programa de vivienda social y apoyo económico a los negocios de barrio que han permanecido por generación, con la finalidad de evitar la gentrificación del Centro Histórico. Además, habrá un aumento de presupuesto a este lugar con la finalidad de recuperar sitios históricos, culturales y se sumará la construcción de un corredor turístico que incluirá a Tlatelolco debido a la conmemoración de los 700 años de la fundación de Tenochtitlan.

“Vamos a tener incluso el equipo de seguridad que va a estar a cargo del Centro Histórico para que sea identificado de inmediato, con un uniforme especial, con un proyecto especial de apoyo a la seguridad ciudadana, a la seguridad de los comercios, a la seguridad de todos”, indicó.

En este sentido, anunció la implementación de 42 kilómetros de vialidad y espacios públicos, además de un medio de transporte especifico denominado “Centrobus” lo que a su vez atraerá turismo.

Lo que hoy llamamos Centro Histórico, era conocido como Ciudad de México a mediados del siglo XIX, en esta época se comenzaron a desarrollar nuevas colonias ya que se limitaba únicamente a donde ahora se encuentra la Alameda Central, este crecimiento arquitectónico da vida a lo que ahora conocemos como las vecindades y otros grandes lugares habitados por personas. Sin embargo, en los años 40, luego de la segunda guerra mundial, se emitieron decretos de congelación de renta, México fue uno de esos países, sin embargo, esa medida se quedó 50 años, por lo que se fueron deteriorando gran parte de estos lugares.

 En estos mismos años, abre sus puertas por primera vez la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM) y absorbe a toda la matricula estudiantil del Centro, que, en gran parte, era lo que le daba vida al lugar, por lo que comienzan a decaer negocios como cines, cafeterías, librerías y otros lugares de recreación y ocio. Esto propició que muchas calles fueran ocupadas por vendedores ambulantes.

En esta misma época, apareció un enorme monolito de una mujer desmembrada en donde hoy se encuentra el Templo Mayor; se trataba de Coyolxauhqui, la diosa de la Luna. El entonces presidente de la nación, López Portillo, tomo la decisión de demoler todos los edificios que se encuentran en esa manzana y se emite un decreto que indica que este lugar esta lleno de monumentos históricos, ganándose el nombre de “Centro Histórico”.

En 1987 la UNESCO declara a este sitio junto con Xochimilco, Patrimonio de la Humanidad y en los 90’s se crea el fideicomiso del Centro Histórico, un organismo que no solo restauro este espacio, sino que también creó una serie de incentivos fiscales, para que toda persona que tuviera una casa en este lugar fuera restaurada y poner los papeles en regla, lo que animó a las personas a llevar a cabo remodelaciones, fue de esta manera que el Centro comenzó a cambiar.  

Sin embargo, al llegar nuevos gobiernos y no darle el mantenimiento correcto, este lugar comenzó a ir en declive nuevamente. Fue hasta el 14 de agosto de 2001 cuando se suscribió un acuerdo con el que surgió el Consejo Constructivo para el rescate del Centro Histórico, conformado por el Gobierno Federal, el Gobierno de la Ciudad y el sector social (empresarios), así como grandes personalidades y por supuesto, los vecinos de esta zona; con esta regla se buscaba no solo la restauración arquitectónica, sino también la restauración social para que los habitantes del centro tuvieran una buena calidad de vida.

Pese a que se llevaron a cabo muchos programas sociales y se restablecieron edificios, así como lugares importantes, el Centro Histórico ha sido victima del descuido y la inseguridad, sin embargo, con el gobierno actual se preocupa por mantener la historia, tradición y cultura que nos representa y forma parte fundamental de nuestra identidad como nación.