La década de los veinte en México se caracteriza por el movimiento artístico confirmado por el muralismo y la Escuela Mexicana de la cual fue parte Faustino Salazar, un Ilustre pintor Poblano nacido el 15 de febrero de 1912. 

Sus obras fueron reconocidas principalmente por su contenido social distinguido por la crítica e incansable lucha por los derechos humanos. 

Como en todas las épocas y a lo largo de la historia, aquel que va en contra de las reglas, es considerado como el rebelde, así era Faustino, al no seguir con la moda del momento que perseguía a los grandes artistas de la época, que además se decía que todo concepto que llegaba a su mente, era materializado en forma de pintoresco arte. 

Sus dos obras más destacadas son “Historia o mito” y “Remembranzas de la infancia” en las que destacan colores con tonalidades frías y detalladas, los rostros que dibuja, cada uno de los pequeños detalles, son los que hasta la fecha mantiene vivo el arte de este valioso pintor que nos enseña que hay cosas más importantes que seguir al resto y estar “a la moda”, creer en uno mismo, defender las causas y mantenerse firme en las convicciones propias son características que destacan del resto y hacen un bien común que queda en la memoria. 

La vida de Faustino terminó en el año 2000 pero su obra continúa viva.