En Saltillo, Coahuila, habita un pequeño animal de cuatro patas que se ha convertido en el guardián de la Librería Fondo Carlos Monsiváis.

Su nombre es “Puchi” y lleg;o al lugar por su propia cuenta en el 2024 con una mirada de súplica por ser salvado del frio y el peligro de las calles, convirtiéndose en un símbolo de ternura y resistencia.

Una de las bibliotecarias del lugar, informó a Grupo Milenio que aún recuerda el primer acercamiento del perrito, una mirada tímida y desconfiada que se escondía entre el jardín y el estacionamiento, con el cuerpo cubierto de garrapatas y la mirada herida, que reflejaba un pasado de maltrato físico y emocional.

Temblaba y huía, sin imaginar que ese espacio seria su nuevo hogar y esas personas a las que les temía, lo llenarían de amor en este primer encuentro con un plato de comida, una palabra suave y un rincón seguro. Así, fue como arrancó la nueva vida de Puchi, el perrito criollo, cuyo nombre proviene de este murmullo que le hacían Carmen y sus compañeros para animarlo a acercarse a ellos.

Tras llevarlo al veterinario, se reveló que padecía de una enfermedad, motivo por el que varios animales son abandonados.

Sin embargo, el personal de la librería lo cuidó, lo esterilizaron, baños que lo libraron de parásitos y sobre todo llenó de amor incondicional.

Actualmente Puchi corre en los pasillos y no por su vida en las calles, juega con un peluche de Piolín, arrastra un muñeco del Dr. Simi o solamente se tumba en silencio, como custodiando las letras de las páginas.

No hay un dueño único, pues toda la comunidad de la librería lo cuida y ama; y para alimentarlo, cada cierto tiempo, organizan colectas para comprar alimentos y mantenerlo con una vida digna.

Algunos de los lectores que acuden a esta librería lo acarician, otros solo lo observan como parte de la decoración del sitio. Mientras que la quietud de sus ojos, observan a todo aquel que entra al paraíso de la literatura.

De esta forma, la Librería Monsivais no solo alberga historias y memorias intelectuales de Mexico, sino que también alberga la historia real del perrito que bencio el maltrato y abandono.

Actualmente, Puchi ya no es un animal extraviado, sino un guardian sin uniforme y un recuerdo de que la vida se puede convertir en un relato de esperanza.