
En julio de 2022, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UNIC) declar’o a la Mariposa monarca como una especie en peligro de extinción, debido a una disminución de entre un 23% y un 72% en los últimos 10 años.
Entre 1914 y 2021, la población que habita al oeste de las Montañas Rocosas, descendió un 99.9%, mientras que entre 1996 y 2014, las mariposas que viven en el este de las Montañas Rocosas redujeron en un 84%.
Los factores de la perdida de esta especie son diversos, sin embargo, prevalece la destrucción de los hábitats boscosos en los que pasan el invierno, el uso de insecticidas y la reducción de algodoncillo.
El algodoncillo es la única planta donde las mariposas monarcas ponen sus huevos y la única fuente de alimentos para las orugas bebés y estas son conocidas dependiendo de sus generaciones. A la mariposa que nace a finales de verano y principios de otoño se le conoce como la generación “Matusalén” y pueden vivir hasta nueve meses, además de que realizan ciclos completos de migración, en cambio, otras generaciones viven únicamente 24 días.
Debido al peligro que corren, durante los últimos años se han llevado a cabo varias iniciativas para evitar su extinción. En 2008, la UNESCO declaro Patrimonio de la Humanidad la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, situada en el centro del país garantizando la protección de las 57.259 hectáreas de superficie de bosques de oyamel en as que se resguardan las mariposas monarca durante el invierno. Cada año, estos santuarios no solo reciben a las mariposas sino también a los cientos de visitantes que acuden a la reserva a contemplar el fascinante espectáculo de la migración de las monarca.
En México, existió un guardián de las Mariposas monarca, su nombre era Homero Gómez González, un hombre originario de Ocampo, Michoacán, agrónomo de profesión y activista medioambiental que administraba el santuario “El Rosario”, sitio que fue nombrado Patrimonio de la Humanidad el 8 de junio de 2008 por la UNESCO, mismo que abarca cerca de 56 mil hectáreas.
La defensa de estos animales fue lo que le costó la vida a Homero el 29 de enero de 2020. Hoy, a cinco años de la muerte del defensor y pese a que se dictaminó que Homero murió por ahogamiento, descrito como “asfixia mecánica por sumersión en persona con traumatismo craneoencefálico”; su familia afirma que esta versión carece de sentido y apuntan que fue asesinado.
Mientras tanto, en Estados Unidos y Canadá se ha fomentado la siembra de corredores de algodoncillo autóctono para ayudar a que las mariposas prosperen durante la temporada de reproducción, creando hábitats beneficiosos para estos insectos.
Su nombre evoca la capacidad de esta especia para hibernar y transformarse de oruga en mariposa y en apariencia, posee alas brillantes color anaranjado con venas negras y manchas blancas en los bordes. Los machos, poseen puntos negros distintivos en las venas de las alas y son ligeramente más grandes que las hembras.
Este animal es conocido no solo por su belleza física, sino también porque se embarcan en un maravilloso fenómeno migratorio, recorriendo entre 1200 y 2800 millas o más desde el sureste de Canadá, pasando por el noreste de Estados Unidos, hasta llegar a los bosques montañosos del centro de México, donde pasan los meses más fríos.
Durante este viaje, las mariposas monarca se reúnen en grandes grupos y continúan las rutas de miles de kilómetros trazadas por generaciones anteriores hasta llegar a los lugares de invernada. Meses después, en la primavera, la monarca americana retorna a Estados Unidos y Canadá para reproducirse.
Actualmente el gobierno de México colabora con asociaciones como WWF para preservar la vida de estos animales por medio de la conservación y promoción de la buena gestión forestal y el turismo sostenible. Además de los ensayos de campo plurinominales que comparan semillas tratadas con neonicotinoides para demostrar a los agricultores la eficacia de plantar semillas sin tratamiento cuando no hay plagas. Estos ensayos incluirán capacitaciones y asistencia técnica para los agricultores interesados en reducir la aplicación de pesticidas en sus fincas. Finalmente, WWF-US. está restaurando pastizales anteriormente intervenidos para convertirlos en hábitat de polinizadores en las Grandes Planicies.