El pasado viernes 05 de diciembre, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump fue reconocido con el nuevo premio de la paz de la FIFA durante el sorteo de la Copa Mundial 2026.

Recordemos que, en el pasado, el mandatario republicano hizo campaña abiertamente por el Premio Nobel de la Paz, sin embargo, la líder opositora venezolana, María Corina Machado Parisca se lo llevó. Pero Trump no se quedó atrás y obtuvo un “premio de consolación” otorgado por su gran amigo Gianni Infantino, presidente de la FIFA. “Este es tu premio, este es tu premio de paz”, dijo el jerarca de la Federación deportiva.

De acuerdo con la Federación Internacional, este premio es sinónimo de aquellos “individuos que han tomado acciones excepcionales y extraordinarios por la paz y al hacerlo han unido a personas de todo el mundo”.  Cabe mencionar que es la primera vez que se atestigua la entrega de este galardón, pues no hay registros previos de un premio similar dentro de la FIFA.

Sin embargo, esta accion trae consigo una serie de cuestionamientos, no solo por las medidas anti migratorias que ha habido en el país o la represión en la libertad de expresión, sino que además a principios del mes de septiembre, el ejército estadounidense comenzó a atacar embarcaciones en el mar caribe, debido a órdenes del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

¿La justificación? Que los pasajeros forman parte de cárteles de droga, afirmando que en los transportes se mueven estupefacientes. Sin embargo, lo grave de esto es que se trata de una cita de información de inteligencia, pero que hasta la fecha no ha ofrecido prueba alguna de dichas acusaciones.

La masacre disfrazada de “autodefensa nacional” se lleva a cabo gracias al desplazo de una gran cantidad de potencia de fuego naval al caribe. Sin embargo, en esta controversia entra otra más, las intenciones de destituir a Nicolas Maduro, a quien el equipo de Trump califica de ser el líder de un cártel narcotraficante.

El primer ataque se llevó a cabo el 2 de septiembre en contra de una lancha, dejando un saldo de 11 personas muertas. En esta ocasión, Trump justificó que los pasajeros formaban parte de una asociación delictiva proveniente de Venezuela llamada Tren de Aragua, misma red a la que su gestión ha considerado como “terroristas”.

El 15 de septiembre hubo un segundo ataque donde tres personas fallecieron, de nueva cuenta el mandatario norteamericano justificó que se trataban de “narcoterroristas” venezolanos, sin embargo, no señaló a un grupo. Para este momento, el presidente de Colombia, Gustavo Petro infirmó que una de las personas que iba a bordo de este transporte era colombiano y practicaba el oficio de la pesca, por lo que acusó al gobierno estadounidense de asesinato.

Pero los ataques no frenaron ahí, el 19 de septiembre Trump anunció que el ejército había atacado a una tercera embarcación en el Caribe, donde otras tres personas resultaron muertas.

El 03 de octubre se registró el cuarto ataque en donde murieron cuatro hombres de origen colombiano y el 14 de octubre los militares norteamericanos mataron a seis personas en aguas internacionales.

El sexto y séptimo ataque se llevaron a cabo el 16 y 17 de octubre respectivamente, en donde murieron cinco personas más, bajo el mismo argumento que los asesinatos pasados.

Con la presencia de más de 15 mil efectivos patrullando la región del Caribe se concibe un panorama donde el Gobierno de Donald Trump asegura que en las operaciones han muerto varios narcoterroristas y que de este modo se ha impedido la comercialización de sustancias ilícitas. Dando además indicios de continuar los ataques por tierra.

En un contexto, donde Washington no reconoció la reelección, presuntamente fraudulenta, de Nicolás Maduro, quien a su vez enfrenta señalamientos por tráfico de drogas en colusión con el cártel de Los Soles, las tensiones entre ambos países permanecen al alza. No obstante, Maduro rechaza estos señalamientos y sostiene que los ataques propiciados por el Gobierno Estadounidense no son más que un intento para forzar el cambio de régimen y controlar el petróleo venezolano.

Así mismo descartó cualquier salida pactada del poder como consecuencia del ultimátum que Trump dictó al mandatario venezolano en el que se le exigía abandonar el cargo.

Cabe mencionar que Donald Trump advirtió que Colombia permanece como un posible objetivo de ataques debido a la fabricación de cocaína y otro tipo de estupefacientes en el territorio.

En este sentido, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, manifestó a Trump que estas declaraciones por parte del Gobierno de Estados Unidos representan una amenaza a la soberanía, advirtiendo que, de ser blanco de ataques, para el Gobierno Colombiano, la situación se convertiría en una declaración de guerra.

Sin embargo, aunque Trump ha declarado que el riesgo puede residir en otras naciones, incluyendo a México como una de las principales rutas de sustancias ilegales, ha hecho hincapié en que el Gobierno Estadounidense considera al régimen venezolano como un verdadero problema bajo el mandato de Nicolás Maduro

Ante este escenario, con la escalada en tensiones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos, ha comenzado una preocupación y una fuerte atención ante una posible escalada militar en el Caribe. No obstante, a pesar de la inversión constante por parte de Venezuela en equipo militar proveniente de Europa oriental y Asia, se presume que podría ser complicado hacer frente directo al ejército estadounidense.