Bernardo Bravo Manríquez, el expresidente de citricultura en el Valle de Apatzingán, Michoacán fue torturado y asesinado el pasado lunes 20 de octubre a los 41 años. Su cuerpo fue hallado en la carretera Apatzingán Presa del Rosario.

El líder social tomó posesión del cargo el 9 de octubre de 2024, también se dedicaba a la producción de esta fruta ya que era una tradición familiar desde hacia 30 años

Fue el pasado febrero cuando Bravo Manríquez comenzó a denunciar extorciones al sector limonero por parte de diversos grupos del crimen organizado, además de que expuso la inseguridad a la que los limoneros se enfrentaban.  Además, de que expuso que el crimen quería obligarlo a elevar el precio del producto, pese a que el mercado y los factores climáticos son los que determinan las tarifas, ya que en temporada de lluvias suele deprimir el precio del cítrico, una época que los grupos delictivos aprovechan para imponer condiciones y cobrar cuotas.

El marzo de este mismo año denunció que al menos 30 empacadores de limón habían cerrado debido a la inseguridad a la que se enfrentaban; en este mismo mes, las oficinas tuvieron que cerrar temporalmente debido a que esta situación había escalado.

En septiembre, el líder alzó la voz por medio de sus redes sociales para informar la muerte de un jornalero cortador de limón, quien habría muerto debido a un artefacto explosivo en el municipio de Buenavista y dijo que un veterinario sufrió un atentado al ser atacado en sus oficinas en Apatzingán.

Debido a las constantes inseguridades, el representante de los citricultores contaba con elementos de seguridad estatal, los cuales pasaron por él a su domicilio en Morelia el domingo 19 de octubre para acudir al municipio donde fue encontrado sin vida para reunirse con productores agrícolas. Entre las 11:00 y 13:00 horas, Bravo subió a una camioneta color blanco de la marca Volkswagen y al menos una persona lo acompañaba de acuerdo con unas cámaras que captaron al vehículo en Arcos carreteros y otros tramos de vigilancia.

Fue alrededor de las 14:00 horas cuando el líder limonero llego a su oficina en Apatzingán, descendió de la camioneta y abordó una Toyota Pickup color gris de su propiedad, sin embargo, esta vez viajó solo, quedando sin seguridad.

Su destino era la comunidad de Cenobio Moreno, en Tierra Caliente y mientras él seguía con su camino, la camioneta blanca retornó a su domicilio en Apatzingán. A su llegada a este municipio conocido por la fuerte presencia de grupos delictivos, Bernardo estuvo varias horas y sostuvo diversas llamadas telefónicas, cuyos registros permanecen bajo el resguardo del forense.

De acuerdo con el último registro de las cámaras, el vehículo gris fue captado de regreso a Apatzingán avanzando hacia la zona rural de Loma de Hoyos entre las 21:00 y 21:40 horas. Sin embargo, de acuerdo con los peritajes forenses de las 21:40 a las 22:30 Bravo ya había sido asesinado y se cree que el hecho pudo haberse cometido entre Cenobio y Moreno o bien, durante su regreso a casa.

Al encontrar su cuerpo, elementos de seguridad anunciaron que faltaban pertenencias personales como el teléfono y su cartera, además, se encontró con dos lesiones en la cabeza que asocian con posibles cachazos de pistola y un disparo calibre 38 que le quitaría la vida.

Los agentes de la investigación del caso apuntan que la escena del crimen estaba alterada, el cadáver fue presuntamente acomodado en el asiento del conductor con el motor de la camioneta encendido, por lo que se cree que el objetivo criminal fue hacer pensar a los investigadores que Bernardo Bravo había conducido hasta ese punto y habría fallecido allí. Sin embargo, los test periciales destaparon que el asesinato habría ocurrido entre las diez y las doce de la noche, varias horas antes de que su cuerpo fuera encontrado sin vida y aseguran que la victima ya no estaba con vida cuando la camioneta llegó a Apatzingán.

Fue hasta el lunes de esta semana que la policía Municipal atendió un reporte al sur del municipio que informaba que una camioneta gris Toyota permanecía encendida y estacionada en un área rural con una persona sin vida adentro. Al llegar, los elementos confirmaron que se trataba del líder limonero Bernardo Bravo Manríquez.

Entre las 09:00 y 10:00 de la mañana del día del hallazgo, los elementos de la Fiscalía llevaron a cabo el levantamiento del cuerpo e iniciaron las diligencias forenses.

Horas después del hallazgo, las autoridades anunciaron la detención de Rigoberto “N”, alias “El plátano”, quien fue señalado de ser parte de los extorsionadores a citricultores y el posible responsable intelectual del asesinato de Bernardo. Al momento de su captura, el presunto asesino portaba dinero en efectivo, droga y varios teléfonos móviles.

Este acontecimiento tuvo fuertes reacciones, por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lamentó el hecho y dijo que el gabinete de seguridad apoya con las investigaciones y que no pararan hasta dar con los responsables.

Mientras que el gobierno estatal y municipal externaron sus condolencias a la familia y al gremio cítrico de esta región.

Actualmente, limoneros de la región permanecen con temor y continúan exigiendo por seguridad; aunque también continúan las amenazas por parte de células como Los Blancos de Troya y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes se caracterizan por la extorsión, el cobro de piso y las amenazas contra productores y dirigente agrícolas.

Es importante mencionar que esta no es la primera vez que asesinan a un integrante de la familia Bravo, en 2016, el padre del ex representante de los limoneros fue asesinado de una forma parecida, primero fue torturado y posteriormente, terminaron con su vida.

Así termina la vida de un líder social que denunció las injusticias que vive la clase trabajadora que solo busca salir adelante en el estado de Michoacán.