Hay quienes aseguran que hay lugares abandonados en donde habitan seres del inframundo que se manifiestan por medio de risas, lamentos o cuchicheos, sin embargo, este lugar, es diferente.

México, 1930, el piloto mexicano Francisco Sarabia Tinoco sobrevolaba por primera vez el desierto que comprende la zona del silencio para llegar a los Estados Unidos, cuando su avión comenzó a perder el control, siendo perdida por la torre del control.  

Pese a que Sarabia Tinoco casi pierde la vida, logro sobrevivir y más tarde, informó que nunca más sobrevolaría en esta zona.

Este hecho tiene similitud con lo que ocurre con el Triangulo de las Bermudas y no solo por la similitud en las historias de desaparición de objetos, sino que estas dos zonas comparten una alineación geográfica perfecta, al igual que con las pirámides de Egipto y el Tíbet.

En 1970; Petróleos Mexicanos (PEMEX) ampliaba su red de pozos y envió a sus especialistas a estudiar la viabilidad de una desolada zona en el desierto de Chihuahua. Al arribar, notaron un comportamiento extraño en los animales de la zona, ellos morían solamente en esta zona.

El Ingeniero llevaba a cabo estudios para su empresa, sin embargo, se dio cuenta de que no había señal, además de que aseguraban que, si un grupo de personas se encontraba en la zona central y hablaban entre sí, no se alcanzaban a escuchar uno al otro; fue así como esta zona fue apodada “La zona del silencio”.

Muchos investigadores afirman que esta zona repele la comunicación debido a la composición del suelo de este lugar. En este lugar había arena y otro tipo de minerales particulares, además de un gran magnetismo. De acuerdo con los expertos, algunos de estos minerales alteran genéticamente a los animales y crean en ellos una atracción para morir en esta zona.

Mas tarde, el 11 de julio de 1970 cuando se lanzó un misil desde Utah, Estados Unidos, que se dirigía a White Sands, Nuevo Mexico, desviándose y cayendo en el centro de la Zona del Silencio. De acuerdo con los informes, este transporte contenía cobalto 57, un elemento altamente radioactivo. Elementos de seguridad llegaron al lugar para sacar este material.

Algunos investigadores aseguran que esto no es casualidad pues ya había ocurrido en otras ocasiones y que el gobierno estadounidense estaba muy involucrado en esta zona.

Sin embargo, hay lugareños que afirman ver una luz en el cielo, una de estas historias es la de Benjamín, quien asegura haber visto a un ser que le dijo que era su deber procurar a la protección de la flora y fauna de este lugar. Hecho que califican como una visita extraterrestre.

Pese a que se dice mucho de esta zona, lo cierto es que, hasta el momento, no se ha logrado obtener pruebas certeras de las extrañas cosas que pasan en esta zona. ¿Y tú, que has escuchado al respecto de este lugar?