
México es el hogar de un sinfín de variedad de especies de animales gracias a su ubicación geográfica y diversidad en los ecosistemas.
El oso negro es el carnívoro más grande de México y se origina en el Estado de Coahuila, su cuerpo es robusto, las patas son largas, el hocico alargado y su característico color negro son los distintivos de este animal.
Los machos suelen medir entre 14.2 metros de largo mientras que las hembras son un 20% más pequeñas, midiendo entre 1.2 y 1.6 metros.
Son animales carnívoros por su dieta, sin embargo algunos estudios revelan que son omnívoros y que se alimentan de plantas, insectos, animales, entre otros.
Esta especie suele desplazarse a varias distancias y tiene un ámbito hogareño y comparte hábitat con otras especies sin ningún problema.
Expertos lo han descrito como un animal carismático que además se distribuye por América del Norte, en regiones como Alaska, Estados Unidos y Canadá. Mientras que en México se pueden encontrar en los estados de Chihuahua, Sonora, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Hidalgo, Nayarit y Querétaro.
Actualmente en nuestro país es considerado una especie en peligro de extinción por la fragmentación de su hábitat y la caza ilegal para el comercio de algunas partes de su cuerpo.
Debido al problema de basura y contaminación se les ha visto alimentándose de estos residuos lo que ha ocasionado modificaciones en su corporalidad así como en su conducta con los humanos pues la invasión a su hábitat lo ha llevado a desplazarse a las urbes en búsqueda de paz, comida y seguridad, sin embargo, al verse amenazado activa su sistema de defensa, lo que ha provocado que haya un concepto de él como un animal peligroso y violento.
El oso negro es una especie mexicana que merece vivir y es tarea de todos los seres humanos, el proteger su entorno y respetar su vida.